El rock and roll es una actitud

El rock and roll es una actitud

El rock and roll es una actitud. Loquillo, Obús, Mardita y Los Tsunamis actuaron en la plaza de toros dentro de Los Cerros Sound Festival

ALBERTO ROMÁN | ÚBEDA

@tiopetos
18 septiembre 2016

Loquillo bajó al foso para saludar a quienes estaban en primera fila. / ROMÁN

Alrededor de 1.500 personas disfrutaron el pasado sábado, en la plaza de toros de Úbeda, de diferentes formas de entender el rock gracias a Los Cerros Sound Festival, una cita pensada para quienes gustan de la buena música en directo y, al menos en esta segunda edición, también de recordar viejos tiempos a base de escuchar las canciones que formaron parte de la banda sonora de su juventud. Loquillo, Obús, Mardita y Los Tsunamis hicieron posible esta velada.

Mientras otros coetáneos se dedican a resucitar el espíritu de los 80 y a vivir del cuento ‘revival’, algo lícito y respetable (salvo vergonzosas excepciones), Loquillo ha sido capaz de mantenerse firme y fiel a sus principios dando continuidad a una carrera en la que nunca se paró el reloj. Y aunque, lógicamente, sus conciertos incluyen una apoteósica mirada al pasado, también son parte del presente e incluso miran al futuro.

La sola presencia del cantante sobre el escenario con sus guiños, sus gestos chulescos y su carisma, ya dejan clara su grandeza, física y artística, y su papel como figura destacada en la música española. Lo suyo es actitud, la actitud del rock and roll a la que alude en uno de sus temas y de la que hizo alarde en Úbeda cerrando Los Cerros Sound Festival.
27 años después

Loquillo se reencontró con el público ubetense 27 años después de su primera y única visita a la localidad. Fue en la Feria de San Miguel de 1989, un 2 de octubre, en la Caseta Municipal instalada en las inmediaciones de la avenida de la Constitución. Actuó junto a Los Trogloditas, su mítica banda, y la entrada costó 800 pesetas. Muchos de los que estuvieron entonces repitieron el pasado sábado y por unas horas pudieron quitarse casi 30 años de encima.

Con 36 años de trayectoria a sus espaldas y más de tres millones de discos vendidos, tanto con diferentes grupos como en solitario, el rockero presentó en directo parte de su nuevo disco ‘Viento del Este’, que salió la venta recientemente, y repasó los grandes temas de su trayectoria. Sonaron así canciones como ‘La mataré’, ‘Quiero un camión’, ‘Esto no es hawaii’, ‘Rock and roll star’, ‘Ritmo de garage’ o el inolvidable ‘Cadillac solitario’. Las mismas que se podrán escuchar el próximo sábado en la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, donde el cantante espera ofrecer un histórico concierto que desde hace tiempo tiene todas las localidades agotadas.

El guitarrista y el cantante de Obús. / ROMÁN
El barcelonés estuvo acompañado por una banda brutal que ha reunido para esta temporada y que le va como anillo al dedo. Seis grandes músicos con la misma actitud roncarolera, a los que ‘Loquillo’ no tiene inconveniente en dar protagonismo, quedándose atrás cuando es necesario para que borden vertiginosos punteos y rifss que hacen enloquecer al respetable. Tampoco tuvo problema en bajarse al foso para saludar, casi uno por uno, a quienes estaban en primera fila mientras cantaba una de las canciones del repertorio.

Sólida trayectoria

Como parte del festival también pasaron por el escenario los integrantes del grupo Obús, otros grandes del rock patrio. Se pasearon por estos cerros con ‘Siente el rock and roll’, gira que arrancó hace meses en Londres con la que la banda que lideran el cantante Fortu Sánchez y el guitarrista Paco Laguna (quien, por cierto, tiene ascendencia ubetense pero hasta el sábado no había actuado en la localidad) ya ha pasado por ciudades como Madrid y eventos como el Weekend Beach Festival de Torre del Mar (Málaga).

Este grupo clave en la escena heavy nacional, mantiene carrera desde los años 80, siendo todo un referente. Una carrera que repasó en Úbeda con canciones como ‘Vamos muy bien’, ‘Dinero, dinero’ o ‘Va a estallar el obús’, con las que todos sus integrantes derrocharon energía, demostrando que siguen en plena forma. Y por si había dudas de ello, incluso Fortu se atrevió a hacer el pino antes de despedirse.

Actuación de los ubetenses Mardita. / ROMÁN
Recuerdo a Supersubmarina

En el apartado local, repitió en Los Cerros Sound Festival el grupo Mardita, que precisamente en la anterior edición volvió a los escenarios para celebrar su treinta aniversario aprovechando la primera edición de esta cita. Un año después la banda presentó en directo el que es su segundo disco de estudio, ‘Sin miedo al horizonte’, grabado recientemente gracias a una exitosa campaña de ‘crowdfunding’.

A la novedad del trío de vientos añadido en esta nueva etapa, la formación incluyó teclado y armónicas gracias a la colaboración de buenos amigos. El repertorio incluyó canciones nuevas como ‘Tienes un ángel’ o ‘El río baja crecido’, temas recuperados e incluidos en el disco como ‘Niña blanca’ o ‘Dinamita blues’ y clásicos como ‘Solo quiero verte llorar’ o ‘El sentido de la vida’. Al terminar, los Mardita quisieron tener un recuerdo para los baezanos Supersubmarina, con quienes compartieron escenario en la anterior edición del festival ubetense. Interpretaron así una versión de ‘LN Granada’ esperando la pronta recuperación y vuelta a los escenarios de la banda, que sufrió un accidente de tráfico este verano.

Los Tsunamis abrieron el festival. / JUAN MARTÍNEZ REDONDO
Surfeando por el mar de olivos

Abriendo la noche, también se pudo disfrutar de Los Tsunamis, quinteto ubetense que fabrica un surf instrumental inspirado por el mar de olivos de La Loma y mezclado con rock and roll de los años 50 y primeros de los 60, que también navega por subgéneros como el western, space surf o terror surf. Todo un descubrimiento para los asistentes, en ese momento pocos pero bien avenidos, que no pudieron evitar mover los pies. El grupo estuvo magnífico y se despidió con su saxofonista tocando entre el público.

La noche fue redonda aunque, por segundo año, muchos de los asistentes volvieron a quejarse de los precios elevados del servicio de bar, nada populares y poco acordes a un evento de varias horas de duración. Tampoco gustó que para salir del recinto hubiera que pagar un euro por una pulsera con la que poder volver a entrar posteriormente. Temas que habría que corregir para que este festival perdure con el espíritu con el que nació.

diario ideal.es Úbeda, Alberto Román.